En este blog se presentan fragmentos originales de los libros que leí. No vierto aquí mis opiniones personales pues considero más efectivo que el mismo autor se encargue de seducirte con sus propias palabras.

martes, 5 de agosto de 2014

En un lugar llamado Guatemala - Terencio Guillén Corletto

...San José de Costa Rica, un país que tenía maestros y artistas en vez de uniformados y cuya tradición democrática llega a la leyenda cuando, como sucedió a don Cleto González Víquez, un ciclista lo atropelló siendo, ni más ni menos, presidente de la República. Hecho que en la turbulenta vida de nuestros países se antoja como de literatura fantástica. 
(Del prólogo por Fedro Guillén – México 1988)



Es el recuerdo un mágico juego de espejos, un perfume que se aspira con deleite o con nostalgia... 
(Del prólogo por Fedro Guillén – México 1988)



Cuentan que una vez Ubico, quien gustaba de manejar motocicleta, salió de paseo custodiado por sus guardias de corps, y vio un perro en la carretera, sacó su pistola y le disparó, no le pegó pero el perro salió huyendo. Él, el inefable Señor Presidente, le comentó al más próximo de los miembros de su escolta:
-Ah, caray, ando muy mal pues no le atiné a ese perro.
-Sí, si le dio señor.
-Pero hombre, no ve que salió corriendo.
-Si, señor presidente, pero el perro iba muerto.
El que iba muerto era el escolta, como muertos estaban todos aquellos esbirros, porque había muerto en ellos la entereza y la dignidad. Eran infrahombres lambiscones con el “Señor” y prepotentes sicarios con el pueblo.



La carencia de medios de información, de cultura y de educación, nos sumergen en el fatalismo de que las cosas son así porque obedecen a un determinismo y por lo tanto así tenemos que aceptarlas.



Reyna Andrade, que asumió la presidencia el 2 de enero de 1931, convocó inmediatamente a elecciones; unas elecciones amañadas y cocinadas al vapor; elaboradas para que triunfara el general Jorge Ubico, quien tomó posesión de la presidencia de la República el 14 de febrero de ese mismo año.



Todo esto tan hermoso no fue estéril pero sí contemplativo. Había que incorporarse para seguir caminando en busca de las metas que, aunque no estaban todavía definidas, reclamaban la dinámica de su búsqueda y posible realización.



Vivía aquel sabio de una manera muy singular, solo en una pequeña habitación con baño, una buhardilla como las mencionadas en la literatura clásica francesa; ahí preparaba sus frugales alimentos. Las únicas veces que salía era para visitar la biblioteca municipal, donde pasaba días enteros leyendo. El cuidado de su ropa, muy modesta y el surtido de su despensa, también muy modesta, estaba a cargo de la dueña de la casa que le había rentado aquel desván.



Yo mismo fui encarcelado e incomunicado en una oscurísima mazmorra, donde permanecí durante ocho años; absuelto en primera instancia y sentenciado en segunda por la sala sexta de apelaciones, constituida en corte marcial, con el monstruoso dictamen antijurídico de que “si bien no pudo demostrársele ninguna de las acusaciones imputadas, se le sentencia a 20 años de prisión, por las responsabilidades inherentes al cargo que desempeñaba.” Larguísima definición que puede ser considerada como una extensión delictiva de la ley.



Como un inexplicable resabio de las dictaduras, siguió durante todo el período revolucionario la incongruencia de nombrar exclusivamente militares para ejercer la gubernatura; esto provoca que los gobernadores formados profesionalmente para ejercer el mando no siempre entiendan que desempeñan un cargo civil y por excelencia político, en el cual no se manda, se gobierna, que no es lo mismo.




1 comentario:

  1. Me gustaría adquirir el libro, lo he buscado por todos lados y no lo encuentro, alguien me podría ayudar a conseguirlo.

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